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¿Cómo surgió la quimioterapia?

Le contamos el origen y la evolución de este tratamiento, además de sus efectos secundarios.

  • ¿Cómo surgió la quimioterapia?
15 de marzo de 2024
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Por Federico Hoyos Gutiérrez

Corría el año de 1943, en medio de una Europa en ruinas por la Segunda Guerra Mundial. En el puerto italiano de Bari, a causa del estruendo de las bombas, ocurriría un hecho que cambiaría la historia de la medicina. Diecisiete barcos estadounidenses que transportaban toneladas de gas mostaza, entre ellos el SS John Harvey, fueron atacados y hundidos por bombarderos alemanes. La población local, sin saberlo, quedó expuesta a este agente químico. El gas mostaza, con su nube amarillenta, trajo la muerte, pero también quemaduras, náuseas e irritaciones en la piel y en los ojos de los sobrevivientes.

Sin embargo, de entre las ruinas y el sufrimiento surgió una chispa de esperanza, la pareja de científicos estadounidenses integrada por Alfred Gilman y Louis Goodman, de la Universidad de Yale, viajaron a Bari para investigar los efectos del desastre y descubrieron algo inusual en los sobrevivientes y en las autopsias: las víctimas registraron un recuento muy bajo de glóbulos blancos, células fundamentales del sistema inmunológico.

Esta observación dio origen a una idea: si el gas mostaza detenía la reproducción de los glóbulos blancos, ¿podría ocurrir lo mismo con las células cancerosas? Así nació la quimioterapia, una guerra química cuyo campo de batalla es el cuerpo humano. Este episodio es relatado por el oncólogo estadounidense Siddartha Mukherjee en el libro El emperador de todos los males. Una biografía del cáncer.

Años de investigación y refinamiento permitieron el desarrollo de la quimioterapia, nombre para el tratamiento que utiliza uno o varios medicamentos que destruyen o controlan un tumor. Los fármacos detienen la reproducción celular y evitan que las células cancerosas se propaguen por el cuerpo. “Los medicamentos, administrados en varios ciclos con periodos de descanso, pueden aplicarse de varias formas, ya sea por vía oral, venosa, subcutánea, intramuscular o a través de una punción en la médula espinal”, explica John Alexander Cañas Gallego, internista oncólogo de la Universidad de Buenos Aires.

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El primer paso: distinguir la malignidad

Marcela Julieth Bermúdez Castrillón, internista oncóloga de San Vicente Fundación, explica que antes de iniciar un tratamiento de quimioterapia se debe determinar el tipo de tumor. Para esto se realiza una biopsia, es decir, una toma de muestras del tumor, examinadas por un patólogo que mediante diferentes técnicas y pruebas determina su naturaleza.

A grandes rasgos, los tumores se dividen en dos tipos, los benignos (no cancerosos) y malignos (cancerosos). Los primeros crecen lentamente y no suelen propagarse, mientras que los segundos pueden causar daños e invadir tejidos sanos del organismo debido a su acelerada reproducción. El doctor Cañas Gallego cuenta que las principales rutas de la propagación del cáncer son los sistemas circulatorio y linfático, debido a que son vías por donde el cuerpo distribuye nutrientes y recoge residuos.

Dicho de otra manera, los tumores benignos se curan solamente con la extirpación, mientras que los malignos requieren de un tratamiento oncológico, como la quimioterapia.

Tres tipos de quimioterapia

Para el doctor Cañas Gallego, la quimioterapia juega un papel preponderante en casi todos los tipos de cáncer, tanto en los tumores sólidos como en los hematológicos, es decir, los que están presentes en la sangre. Básicamente, existen tres tipos de quimioterapia: la neoadyuvante, que se realiza antes de la cirugía; la adyuvante, que se aplica después de la cirugía, y la paliativa, que busca controlar los síntomas y evitar el sufrimiento del paciente.

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Efectos de la quimio en el cuerpo

La ensayista norteamericana, Susan Sontag, escribió que “las enfermedades son el lado nocturno de la vida”. Como toda batalla, la quimio no está exenta de desafíos. “Los efectos secundarios en el organismo son temporales y la respuesta no siempre es la misma, pues depende del tipo de enfermedad, el medicamento administrado y la respuesta individual al tratamiento”, sostiene el oncólogo Cañas.

“La quimioterapia ingresa al cuerpo a través de las venas e intenta matar esas células cancerosas, pero en el camino puede también matar las células sanas que están en rápido crecimiento o rápida de replicación como son las del cabello, las células del tracto gastrointestinal, entre otras”, comenta la doctora Bermúdez.

Debido a que la quimio afecta también a las células sanas, muchos de los fármacos administrados disminuyen el recuento de los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas. Los glóbulos rojos son aquellos que transportan el oxígeno al organismo, los glóbulos blancos protegen al cuerpo contra las infecciones y las plaquetas se encargan de la coagulación, evitando el sangrado y las hemorragias.

Entre otros efectos de la quimioterapia puede encontrarse las náuseas, la fatiga, el estreñimiento, la inflamación de la mucosa y encías, la disminución de la producción de saliva, cambios de coloración y resequedad en la piel, e incluso la disminución del deseo sexual.

¿Por qué se da el cáncer?

Cáncer, esa enfermedad que Hipócrates llamó con el nombre karkinos, vocablo griego que significa cangrejo, debido a la semejanza del crustáceo con la anatomía de algunos tumores. Esa enfermedad que Claudio Galeno atribuía a un desequilibrio de fluidos en el cuerpo y que Avicenas consideraba una patología incurable, se debe a la reproducción anormal de células que dejan de cumplir sus funciones en el cuerpo y se multiplican de manera desordenada, alterando su material genético.

Además de factores de riesgo como el alcohol, el tabaquismo y la exposición solar, responsables de algunos tipos de cáncer, la oncóloga Bermúdez plantea que existen otros de origen genético o asociados al envejecimiento. “Si vivimos más años, vamos a tener más riesgo de desarrollar un cáncer por el envejecimiento celular”.

“Las células cancerosas son una versión más desordenada de nosotros mismos”, concluye John Alexander Cañas Gallego.

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Aplicación de medicamentos

Historia de la quimioterapia

1865: Paul Ehrlich descubre que la arsenoterapia puede tratar la leucemia.

1896: William Coley introduce la Terapia de Coley para estimular el sistema inmune.

1898: Marie y Pierre Curie descubren el radio, pero la radiación resulta carcinogénica.

1943: Se libera gas mostaza en Bari, Italia, y se descubre que este agente químico puede usarse contra los tumores.

1953: Sidney Farber descubre que la citarabina puede ser eficaz para tratar la leucemia infantil.

Década de 1960: Se desarrollo un método contra la leucemia linfoblástica aguda por medio de fármacos tóxicos.

1965: La quimioterapia se convierte en un tratamiento estándar para el cáncer.

1970: Se desarrollan nuevos medicamentos para el cáncer, como la bleomicina, vincristina y adriamicina.

1980: Se desarrolla la quimioterapia intraarterial.

Década de 1990: Bárbara Bradfield sobrevive al cáncer de mama gracias al tratamiento con Herceptin.

2000: Avances en técnicas de administración como la quimioterapia dirigida
y personalizada.

Fuente: El emperador de todos los males. Una biografía del cáncer, de Siddartha Mukherjee.

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